Almendrones de la Habana en el año 2100

Almendrones de la Habana en el 2100 volarán al lado de un muro del malecón tan alto que no dejarán ver el horizonte, quizás por la subida del nivel del mar o por el gran tráfico aéreo que flotará sobre la ciudad…

¿Almendrones que flotan?

Pues sí, podríamos aventurarnos a especular que dentro de 80 años más o menos la tecnología del automóvil nos ayudará a volar sobre las carreteras en vez de rodar sobre ellas. Esto nos daría más libertad de movimiento, sin tener que esperar por el semáforo o por los viejos de 200 años que se antojan de cruzar la calle cuando uno está mas apurado manejando.

Sería muy divertido, pero también muy peligroso, porque esto traería muchas más problemáticas de las que normalmente como conductor tenemos al volante. Habría que estar mirando en el ejes de la X, de las Y y de la Z por no agregar más ejes. Pienso que los que quedarían en tierra tendrían además el peligro de que les caiga del cielo todo tipo de cosas como latas de cervezas, carteras, condones llenos de intrigas, pasajeros desatentos o molestos…

¿Que tipo de tecnología haría que los coches del futuro volarán?

Bueno desde el punto de vista de un cubano de a pie, podríamos tener varias hipótesis o líneas de pensamiento:

1. Los mecánicos cubanos han logrado obtener en el mercado negro un motor o turbina fabricada por Boeing, Airbus, Lockheed Martin, Ferrari, Samsung Galaxy o Apple… de nueva generación o experimental. ? Y como buenos y habilidosos la han logrado adaptar a un Chevrolet 59 logrando hacerlo despegar para asombro de las autoridades que controlan el tráfico en la ciudad, que en respuesta a esto han subido la altura del Malecón. Esto nos daría una muy buena pregunta:
   ¿Qué tan alto sería el muro del malecón si los almendrones volarán?
   Es decir la escala del contrabando y la inventiva cubana es tan grande que han llegado a obtener un motor revolucionario creado por los laboratorios más avanzados del mundo para poder meterlo al “perol”*.
2. La tecnología de antigravedad ya viene muy cacareada por proyectos como el llamado Disclosure Project donde se habla que el gobierno norteamericano ha capturado u obtenido de alguna manera una exótica tecnología que no pertenece a la tierra, es decir no ha sido creada por nosotros los humanos pero que ya se encuentra en nuestro poder y con la llamada ingeniería inversa se descubren sus aplicaciones y secretos. Esto no quiere decir que los americanos sean los únicos que han podido negociar con entidades extraterrestres, quizás en algún barrio o azotea de la Habana, ya hay alguien que está contrabandeando tecnología exótica con seres de otras zonas del universo, que seguro vienen también como turistas a disfrutar de la sabrosura cubana.
3. La tercera hipótesis viene del potencial creativo de los cubanos y nos dice que esta tecnología sería desarrollada dentro de la isla. ¿Por quién? No lo sé, pero muchos inventos de la humanidad han sido descubiertos por casualidad y no siempre en laboratorios con las mejores condiciones. Quizás alguien en algún barrio perdido de un pueblo o ciudad cubana, con 35 grados de calor húmedo descubre que poniendo los imanes de cierto modo, con cierta potencia eléctrica pueden hacer saltar por los aires una bicicleta, por no decir un camión ruso.

Así que al final de leer estas tres hipótesis dejaremos el placer de la duda al futuro.

Si, el futuro del tráfico humano está lleno todavía de laberintos y reglas, que irán apareciendo en la medida de que tengamos más poder tecnológico capaz de hacernos mover más rápido y en menos tiempo, pero siempre habrá alguien que estará pensando en cómo regular esto y en el modo de cómo controlarlo y sacarle el jugo.

La simbología de los almendrones cubanos

Los almendros cubanos son un símbolo de una época tecnológica que no quiere desaparecer, pero para sobrevivir tendrá que mezclarse con todas las otras tecnologías que le vendrán en el futuro. No importa si estamos en el año 1980, 2020, 2100 o 2500, pienso que siempre podremos ver uno de ellos convertido en algo nuevo o hibridizado, no importa si en su interior tiene un motor de última generación humano o extraterrestre, pero que continúa a mantener siempre sus clásicas líneas, formas y geometría.

Sirva este pequeño artículo como un complemento a la serie Habana Año 2100 que estoy desarrollando.